Avanza la tecnología y con ella parece que también nuestros conflictos con la ética y la moralidad. En los últimos días, Google ha vuelto a ser noticia por dos nuevas situaciones que se suman a sus actitudes conflictivas en torno a la privacidad:
– El formulario para facilitar el llamado ‘derecho al olvido’, por el que cualquier persona podrá pedir a Google la desindexación de su buscador del contenido que le afecte, tras un reciente fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que le condena a retirar los enlaces que perjudican a un ciudadano español.
– La fabricación anunciada de coches sin conductor -que ya podrían circular por California o Florida, estados de USA que ya han modificado sus leyes para permitir su tránsito-, en un nuevo inciso en la dinámica de sustituir tareas de humanos por sistemas robóticos.
Y ahí tenemos también la situación de las Google Glass, con los conflictos ya producidos y los previsiblemente adicionales en torno al desarrollo de software que potencie el uso del dispositivo con finalidades ‘cuestionables’ para algunos sectores poblacionales. En un artículo en la revista Time de esta primera semana de junio, Whitney Erin Boesel (autora de la frase que da título a este post) reflexiona precisamente en torno a cómo en realidad el centro de este problema relacionado con nuestra privacidad y valores éticos instaurados -aparentemente- no reside tanto en la tecnología, sino en lo que ella nos permite y en cómo la aprovechamos para incidir en nuestra brecha interior. Y es cierto que la tecnología llega para permitirnos una posibilidad, no para obligarnos a emplearla, y lo que está ocurriendo es más bien que la usamos para hacer mella en nuestros propios conflictos ulteriores. Es como si ahora fuera más fácil fallar a nuestros valores gracias a la tecnología. Y lejos de acallar ese terremoto interior y tratar de crecer superando el conflicto, lo que pretendemos es intentar que la tecnología se estanque justo en el momento en que nos enfrenta a nosotros mismos, como mecanismo de autodefensa.
Estamos viviendo la época más convulsa a nivel social, en gran parte por culpa o gracias a la tecnología, desde la revolución industrial. Nuestro entorno cambia, al hilo de este terremoto permanente en el que estamos inmiscuidos desde hace unas décadas, gracias al avance que permite el progreso tecnológico exponencial. Y eso hace que nuestra forma de ser y actuar se modifique también en paralelo a las nuevas posibilidades que tenemos a nuestro alcance, que llegan antes que nunca, y caducan también a una gran velocidad, justo la que da paso a lo nuevo y mejor. Pero, sin embargo, algo no cambia: nuestra ética en conflicto permanente, nuestra lucha moral que nos aleja de la armonía y que nos lleva a la confrontación con los otros en una sociedad cada vez más global. Y eso es precisamente lo que hace que la tecnología, conforme llega, comience teniendo un uso más cuestionable hasta que nuestros impulsos interiores y oscuros se apaciguan, para terminar por normalizarse y naturalizarse y dejar paso a lo siguiente.
Estamos en ese proceso en que estos cambios tecnológicos pasarán por la fase del conflicto de lo nuevo -la tecnología- con lo viejo -nuestra esencia cuestionable- hasta comenzar en otra etapa donde ya no habrá debate. Pero ahora, nos queda seguir lidiando con lo que somos y fuimos, versus lo que seremos y hacia dónde caminamos. Llegará el momento en que entendamos que el avance de la tecnología nos permite, lejos de ponernos más a nuestro alcance la posibilidad de fallar a nuestra moral, crecer y mejorar como sociedad en torno a una moral más fortalecida gracias a nuestra propia superación de barreras y frenos autoimpuestos.
Álex Rubio
Director y Chief Strategy Officer de la agencia digital Twelfhundred. Profesor en Universitat Jaume I. Conferenciante internacional y TEDx Speaker, desde 2007 ha impartido conferencias y docencia en más de 500 eventos en universidades, escuelas de negocio, empresas y en numerosas conferencias internacionales en España, Reino Unido, Costa Rica, Venezuela o Colombia, dentro del campo del marketing digital y estrategia publicitaria. También es co-fundador y conferenciante de Adictos Social Media -uno de los eventos pioneros en habla hispana sobre marketing digital-, Brand Associate en la plataforma MapMakers, Ambassador en Hootsuite y Creative Ambassador de Clandestina HUB Creativo Costa Rica. Investiga la influencia de la tecnología en las personas y su impacto en marketing, materia sobre la que escribe en diversos medios de comunicación.
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Actuar hoy pensando en mañana:un blog para inspirarte a evolucionar de forma constante en tu estrategia
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