Una de las preguntas que más me trasladan compañeros, profesionales de otros campos, amigos/as, desconocidos/as (que entonces dejan de serlo) e incluso familiares es:

“¿Cómo puedo empezar en esto del 2.0?”

A menudo la primera respuesta que doy es la misma:

“Ya has empezado”.

No es ninguna exageración.

Y es que no debemos olvidar que estamos hablando de un campo, Social Media, donde un alto porcentaje de nosotros ya estamos dentro; si estás leyendo esto, seguramente ya tengas un nivel de medium o heavy user, aunque nadie te lo haya dicho. Es la enorme ventaja de ser parte y todo, de ser marinero y capitán, botella y tapón de un mundo virtual que hemos construido en base a relaciones bidireccionales entre personas. Por este motivo, ya sólo me queda darte la bienvenida a la increíble aventura de comprender todo lo que supone estar dentro del 2.0. Siguiendo la metáfora, es como si te hubieras despertado dentro del barco, ahora sólo te queda saber cómo se navega. Suena increíble, ponte flotador.

¿Te ayudo?
¿Te ayudo?

Pues bien, he decidido juntar todos los consejos que suelo dar por si acaso alguna vez te has planteado esa pregunta y no encuentras a quién realizarla, o simplemente no has juntado el empuje suficiente para plantearla. Es sólo un pequeño aporte inicial, creo que algunos podemos, y debemos, enseñarte a manejar tu barco, pero sólo tú puedes dirigir el timón.

Muchas de las cosas que recomiendo siempre forman parte de la estructura clásica de elementos, formatos y costumbres que tenemos que ir introduciendo en nuestro día a día 2.0, con independencia del tipo de perfil que queramos adoptar dentro del espectro social media. Da igual que quieras ser community manager, social media planner, trendshetter, director de marketing online, o simple y llanamente no quedarte atrás, porque todo esto tendrás que introducirlo en tus procesos diarios. Por eso siempre recomiendo, para empezar, cargar con una maleta básica, que incluya algunas o todas estas cosas:

Aprende quién eres, y luego transmítelo. O, dicho de otra manera: conócete a ti mismo, luego entiende quién eres e interiorízalo, y luego di quién eres al mundo dentro de la Red; por este orden, siempre. Todo lo que se publica en internet queda escrito, por ese motivo tendrás que ser precavido a la hora de darte a conocer, salirte de tu camino lo menos posible. Elige un nick que te represente y que a ser posible sea único en cualquier plataforma (puedes emplear herramientas como usernamecheck), déjate claro a ti mismo por qué estás en social media y con qué objetivos, y márcate una estrategia a corto y medio plazo. A largo es difícil, sólo pensar que hace siete años ni siquiera existía Facebook te dará una visión de los tiempos en la red…

Abre tus perfiles en Twitter y LinkedIn. Es algo básico, cierto, pero Twitter te dará la oportunidad de relacionarte y expandirte, y LinkedIn el placer de poder debatir con toda esa gente que has soñado siempre, con una llanura sorprendente e inspiradora. Facebook ya la conoces. Prueba con Foursquare, y si tienes ganas de más para empezar, descubre Google+. Si eres fotógrafo de cualquier nivel, abre un Flickr, y si te va grabar/grabarte en vídeo, abre un canal en Youtube.

Entiende cada red. Cada una tiene un papel, un tipo de uso, unos objetivos. Entiéndelo porque deberás aplicarlo en tu día a día. No vale eso de publicar en todas partes lo mismo, de comentar lo mismo, de actuar igual, porque entonces no existirían más redes que, seguramente, el monstruo de Facebook. De la misma manera que no quieres un solo banco, ni una sola marca de bebida, ni una sola hamburguesería, no pretendas centralizar todo dando el poder a un solo canal. Yo siempre establezco una analogía entre esas tres redes que te vendrán más rápidamente a la cabeza, y que me aplico a mi mismo en mi política de relación social en la Red: LinkedIn es como un congreso, donde voy a conocer y relacionarme con profesionales de mi sector, para el que me visto con traje y zapatos, donde a veces expongo y otras escucho y aprendo, pero siempre desde una perspectiva de reciclaje y relación profesional; Twitter es el cátering de ese evento, el intermedio o la cena “de después”, donde puedo conversar con una cerveza en la mano, de manera más relajada, contar algo de “mi historia”, tal vez llevar a ese amigo con el que de vez en cuando mantengo una conversación alejado de los grupos profesionales, y donde me aflojo un poco la corbata; Facebook es mi bar de la esquina, donde me esperan mis amigos, tal vez algún contacto profesional con el que tengo algún vínculo más allá de los papeles y tarjetas, donde puedo ir en chándal y sin peinar, porque voy a decir quién soy y cómo me ha ido el día. Cada red tiene su historia, ten en cuenta por qué y para qué estás en ella y te irá mejor, créeme. No quieras ir siempre en traje porque son incómodos para dormir (bueno, excepto algún caso).

Aventúrate con un blog. Nunca es demasiado pronto para probar en el campo del blogging. La mayoría de personalidades, reconocidas o no, dentro del mundo de social media, no sólo opinan y debaten, sino que crean contenido. Estamos en una era de conocimiento compartido, cualquier persona puede tener voz y ser escuchado. Aprovéchalo y no te quedes callado. Puedes montarte un blog sin necesidad de invertir ni un euro, por ejemplo con WordPress, donde tienes un panel de administración sencillo, tutoriales, widgets, y alojamiento.

Gestiona tus RSS. Es importante que tengas una consistencia y costumbre en la lectura, archivo y difusión de blogs de referencia sobre tus intereses. Yo recomiendo Google Reader como herramienta de gestión de tus suscripciones a blogs, es la que te permite una mayor y mejor distribución, lectura, almacenaje, clasificación e incluso sincronización con dispositivos móviles. Investiga los blogs que te interesan y suscríbete a sus entradas vía RSS mediante tu Google Reader (u otro que prefieras tú), de esa manera podrás seguir la actualidad de los sitios sin llenarte el mail de correos.

Saca jugo a Slideshare. A mi juicio, es una de las plataformas de conocimiento compartido de la que más provecho puedes extraer. Aprovecha para encontrar todo el material que quieras, sobre cualquier campo relacionado con Social Media Marketing, y también sobre cualquier tema en general. Puedes descargar documentos (la mayoría de autores lo permiten/permitimos), imprimirlos, compartirlos y guardarlos.

«Reserva» tu Google y Yahoo!. Ábrete cuentas en cada una de ellas. Google te dará acceso a Gmail + Calendar + Reader + Youtube + Docs + Analytics (y también Google+), que se convertirán en tus grandes aliados diarios, y Yahoo! te abre las puertas a Yahoo! Mail + Delicious + Flickr. Entre todas esas plataformas, redes y agregadores tienes un buen comienzo asegurado, así como una reserva de tu username en sitios de presencia obligatoria.

Abre una página en Facebook. Seguro que la conoces al 1000% como usuario, pero tal vez no puedas decir lo mismo desde el otro lado, el de las empresas. Abre una página de prueba, ponla en “visible sólo para administradores”, y empieza a instalar y probar aplicaciones. Sólo así entenderás la dinámica de funcionamiento y cómo aprovechar Facebook como un canal de relación con tu comunidad. Es gratis.

Todo lo que aprendas por tu cuenta es lo que jamás olvidarás. Sí, soy formador, profesor, educador o como lo quieras llamar. Pero también te digo que la experiencia, personal y ajena, me ha hecho entender que este precepto es tan real como el aire que respiramos. Puedes aprender mucho en ese curso sobre Social Media que has visto, en ese taller que te han recomendado o en ese máster que te hacen descuento. Seguro que sí, basta con que aprendas a valorar quién los imparte, hacia dónde van dirigidos y cuál es el valor que dan a una formación práctica y no simplemente reflexiva, y acertarás. Pero aprende por tu cuenta, estréllate, patina, sorpréndete, descubre esa red nueva y habla de ella antes que nadie, investiga, conversa, agita. Todo eso que hagas y que no te enseñe nadie excepto tú mismo y tus propias ganas por aprender serán lo que marque tu diferencia. Todo lo demás es secundario, créeme. Construye tu historia, y luego deja que otros te lleven papel cuadriculado y te enseñen a dibujar gráficos. Planea tú mismo el esqueleto de tu edificio. Es el mejor consejo que te puedo dar.

 

¿Te ha servido de algo? Espero que, al menos, puedas utilizarlo para hacer tu primer viaje en barco. Si tienes cualquier duda, sugerencia, comentario o tu propio aporte a esta maleta, no dudes en contactarme.