Esta mañana me he enfrentado a un reto nuevo para mí: contar mi propia experiencia personal, en formato de una pequeña conferencia en las ‘VII Jornadas de Empleo 2014 – Preocupa’t for all’ celebradas en la Universitat Jaume I de Castellón (España). Llevo ya algún tiempo en esto de las conferencias, pero siempre desde una perspectiva más centrada en el marketing y marketing 2.0. Pero esta vez era distinto, se trataba de contar sólo mi historia, y desde una perspectiva que pudiera servir de algo a los asistentes, que en cierta medida pudiera inspirar. Y admito que ha sido difícil, pero creo -y espero- que el resultado ha merecido la pena, tanto para mí como para los demás: ‘Hola, soy Álex Rubio’ ha sido el resultado final.

Enfrentarme al pequeño reto de preparar esta conferencia me ha resultado finalmente en una lección en toda regla de cómo profundizar en mi propia historia para contarla con sentido. Un storytelling personal que ya tenía algo trabajado pero para un ámbito privado. Y la confrontación personal entre contar mis lecciones personales fruto de mis vivencias profesionales y no caer en el egocentrismo me ha llevado a una serie de reflexiones, que te comparto por si te pueden ser útiles para construir el ‘de dónde’ y ‘hacia dónde’ de tu marca personal:

La línea entre inspirar con tu historia y parecer un egocéntrico es muy delgada. Intenta contar la lección tras cada elemento, no el elemento en sí. Es la parte más complicada: dejar de mirarte el ombligo, y hacer que cada éxito o fracaso vaya más allá de mostrar las medallas o heridas a una audiencia.

‘Soy una parte de todo aquello que encontré por el camino’ es una frase que me regaló mi amiga Alba hace una temporada, que es toda una declaración de principios en el personal branding: si algo de lo que has vivido no te supone una lección para el futuro, reflexiónalo otra vez hasta encontrar esa lección.

Cuenta lo que sirva de algo, sin rellenar. Si algo no encaja y no casa con el resto de elementos, guárdatelo. Da sentido a cada palabra de tu historia, y si algo no lo tiene, no se lo des. Y si algo lo tiene pero no encaja en ese fin, resérvalo para una ocasión en que puedas darle el protagonismo que se merece.

Aplica formato de historia. Aquí tienes un post muy aplicable sobre construcción de historias, el modelo que emplea Pixar para sus películas.

La emoción es la clave. Rompe la linealidad y ten en cuenta que hablas a una audiencia a quien tu historia le va a encajar por las emociones que respira, y por las que le genera.

¿Cuál es el objetivo que persigues tras la historia? Es contar tu posicionamiento. Tenlo en mente siempre. El storytelling está enfocado a transmitir tus valores y objetivos de una manera humana.

Sé simple. Las historias complejas generan aburrimiento, desapego y ausencia de vinculación. Somos simples por naturaleza, cuanto más bajes la historia hasta una realidad comprensible, mejor. No enfrentes a la audiencia a una comprensión compleja.

Y, aquí, el resultado de mi historia que he presentado hoy y que te comparto, a excepción del speech que lo acompaña:  

Soy de los que creen en la importancia -creciente- del personal branding como vía de captación de negocio individual y empresarial. El poder que tenemos de conectar individualmente entre personas, unido a las cada vez más posibilidades que encontramos con los escenarios 2.0, es único y hay que aprovecharlo. Profundizo a diario en ello hasta haberme convertido en mi mejor cliente. Soy un tipo que exige para sí mismo un trabajo diario, aplicado y cada vez más disciplinado. Un tipo exigente este Álex Rubio / @alexrbn, vaya. Espero que te sea útil.