La tecnología, y su adopción en forma de nuevas formas de comunicación o nuevas tecnologías, ha transformado nuestra forma de ser… y de comprar. El movimiento que ha generado en el consumidor la irrupción para quedarse de las nuevas tecnologías llega ya a todos los espectros poblacionales: los nativos digitales llegan con una forma de ser fundamentada en el uso de internet, y los inmigrantes digitales o maduros analógicos cambian sus planteamientos tradicionales al hilo de esta revolución tecnológica. Y, por todo ello, el mercado exige nuevos patrones de conducta para las marcas, para que sean capaces de llegar a un target que ya no es estático, ni es uno.

En este contexto de cambio permanente, desde el marketing tenemos que tratar de forma íntima con el impacto de la tecnología en la forma de ser de los consumidores. Y eso exige una observación del consumidor desde el punto de vista psicológico de manera cada vez más íntima.

Cómo hemos cambiado

Porque, en efecto, la tecnología nos cambia, pero sobre todo ha cambiado la base en la que seguimos asumiendo el cambio. Es un catalizador de más cambios, que han ido transformando nuestra idea de la estabilidad. Todo sucede ahora a un ritmo más acelerado. Y eso implica ciertos movimientos en nuestra forma de ser que, de manera global y más o menos profunda en función del grado tecnológico, ha transformado nuestra esencia:

– Nos ha vuelto más impredecibles. Y por eso nacen y se perpetúan los ‘cómo hemos cambiado’, refiriéndonos a un pasado donde todo era más predecible.

– Nos ha vuelto más inseguros. Y por eso ‘ya no te puedes fiar de nadie’, porque ahora ya nadie es tan fácil de ver a distancia como antes.

– Nos ha robado la tranquilidad. Porque ahora ‘no todo es para siempre’.

– Su influencia y alcance es conocida por todos, pues vivimos en un contexto globalizado. Todos tomamos posición en torno al cambio tecnológico, en función de nuestros valores éticos, mirada al futuro y apertura al cambio.

– Es un cambio acelerador, pues crea nuevos mecanismos que dan pie a otros.

– Va más allá de lo que vemos y creemos. Nos ha modificado la estructura básica de comportamiento.

Qué significa para el marketing

Nos dirigimos a una sociedad en constante cambio movido por la tecnología, ante la que nuestra marca ha de adoptar posición para lograr estar cerca de la propia evolución que experimenta -y experimentará- nuestro consumidor potencial. ¿Cómo?:

– Entendiendo que la adopción tecnológica en la forma de dirigirnos a nuestro consumidor es necesaria.

– Ideando nuevas ideas que faciliten su vida dentro de un escenario de cambio y turbulencias.

– Comprendiendo que detrás de cada target existen microsegmentos que necesitan de un discurso propio, único y diferencial, más que en cualquier otro tiempo.

Momentos de cambio exigen más cambios.